Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento del socio fundador Sr. Marcos Schmukler en el día de la fecha.

El Directorio de la Fundación acompaña en estos difíciles momentos a su familia.

Autobiografía

Marcos Schmukler

Argentino. Casado con Mirtha Betty Galperin, tres hijos, ocho nietos.

Nací el 18 de Julio de 1931 en Colonía Lopez, Distrito Bergara, Departamento Villaguay, en la Provincia de Entre Ríos. Soy hijo de Jacobo Schmukler y Teresa Lejtman, inmigrantes rusos que llegaron a nuestro país en el año 1906. Cursé la escuela primaria hasta 4to. grado en la colonia que me vio nacer, el 5to. y 6to. en Jubileo y el 7mo. en San Salvador; para ir a la escuela lo hacía todos los días a caballo, incluso el día sábado.

Estuve en el campo con mis padres hasta el año que ingresé al servicio militar, que cumplí en el Distrito Concordia, en el año 1952. En septiembre de ese mismo año regrese a San Salvador, fue entonces cuando compramos, con mi cuñado, el primer camión usado con acoplado y empezamos a trabajar en los alrededores.

En el año 1956 adquirimos el nuevo Ford 1956 con acoplado, a partir de ese momento formamos la sociedad de hecho denominada “Presman y Schmukler” y comenzamos a realizar viajes más largos: Paraná, Rosario, Santa Fé, Córdoba. Llevábamos arroz de la Coop. Arrocera de San Salvador a Córdoba, desde ahí regresábamos con cal viva “El Malagueño”, sorgo, maíz o fardo de alfalfa a la Estancia Ita-Cabó en Corrientes, allí, comprábamos postes para alambrados y los vendíamos a Estancia Jubileo, obteniendo más que el flete. En ese mismo año emprendimos un nuevo proyecto, un negocio de ramos generales, materiales de construcción, artículos de electricidad, etc.

En 1960 iniciamos las primeras 20 has. de plantación de arroz y transcurridos tres o cuatros años habíamos llegado a sembrar unas 100-120 has. Llegó un momento que no teníamos donde colocar el arroz cáscara en tiempo y forma, por esta razón crecía la idea de instalar un molino arrocero.

En 1965 compramos en Brasil el molino arrocero y para mediados de ese mismo año comenzó a funcionar la primera industria arrocera privada de San Salvador, con una capacidad de elaboración de 2.500 Kgs. cáscara por hora, en un galpón de 20 x 50 mts., donde estamos ubicados actualmente, sobre la Ruta Nacional 18 – Km. 208.

En 1968, a medida que la producción de arroz se fue incrementando y San Salvador y su zona paso a ser netamente arrocera, nos vimos en la necesidad de adecuar nuestras instalaciones, tanto en capacidad como en tecnología. Por este motivo se agregó dos galpones más al existente y se fue reemplazando paulatinamente el uso de bolsas por almacenamiento a granel. Así surgieron los silos confeccionados con mallas de hierro y revestidos de plastilleras, hechos dentro de los mismos galpones, luego se construyeron celdas que permitieron triplicar el almacenamiento, que se efectuaba en los silos.

De esta manera, nos fuimos afianzando a través del tiempo. El objetivo fue brindar nuevos servicios para todos los productores de la zona. Se consiguió distintas representaciones oficiales de maquinarias agrícolas, como las de cosechadoras Vassalli, motores Bedford para bombeo y baterías Delco de General Motors, secadoras Margarías, sinfines Gran Zorzal, motores Villa, extractores de aire Gadar, lubricantes y combustibles ESSO.

En 1970, ingresamos en el sector ganadero, con un rodeo de cría en campos propios en Entre Ríos y Corrientes. Compramos padres de los mejores orígenes que fueron utilizados en monta natural o servicio a corral, paulatinamente fuimos mejorando la genética. El paso de los años nos mostró que para acelerar la evolución genética hacia nuestros objetivos era imprescindible el camino de la inseminación artificial. Fue así que obtuvimos rodeos de punta en la provincia, participando nuestra Cabaña Angus, Brangus y lanares Ideal en la mayoría de las exposiciones rurales de las provincias de Entre Ríos y Corrientes.

En 1974, más precisamente el 30/07/1974, se disolvió la sociedad “Presman y Schmukler” y pasó a llamarse “Marcos Schmukler Industrial Comercial y Agropecuaria”

En 1976, con el fin de facilitar el desenvolvimiento operativo de la industria con la comercialización se construyó e inauguró en agosto de ese año las oficinas de administración y ventas en el mismo predio, mejorando la atención de distintas áreas.

En 1977, junto con otros industriales y productores arroceros organizamos las “IV Fiesta Nacional del Arroz”.

Fui fundador y Directivo de ADIPER (Asociación de Industriales de la Provincia de Entre Ríos) y del Centro de Industria y Comercio de San Salvador e integrante de la Cámara de molinos arroceros de Entre Ríos.

En 1979, participé como socio fundador de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos e integrante de su primera Comisión Directiva y miembro de la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos.

En 1980, conformé el Directorio del Banco Cooperativo del Este y el Consejo Asesor zonal.

Desde 1982, integré el Crea Curuzú Cuatiá continuando hasta estos días.

En 1983 la sociedad tomó el nombre de “MARCOS SCHMUKLER S.A.”

En 1985, fui miembro fundador de la Asociación Argentina Ideal y del cual hoy sigo siendo integrante y ese mismo año integré el Consejo del Colegio Segundario Francisco Ramirez.

En 1987 el molino original fue reemplazado por otro que triplicó la capacidad de elaboración, al mismo tiempo fueron reemplazadas las secadoras y se instaló una moderna planta de silos y secado, permitieron mayor volumen de recepción diaria.   A partir de1992, fui miembro del Crea Villaguay, grupo al que sigo perteneciendo.

En 1994, fui miembro fundador de Pro Arroz.

En 1997, recibí el premio Invertir 1997, de la Fundación Invertir Argentina.

Desde el 2000, soy miembro del Centro Económico San Salvador.

En este mismo año se incorporó a la industria envasadoras de mayor capacidad y una máquina selectrónica para separar los granos por color eliminando los manchados e impurezas. Además se amplio la capacidad estática de acopio instalándose nuevos silos de chapas con un acopio de 2.500 Tn. cáscara c/u.                Actualmente contamos con capacidad estática de 25.000 Tn. cáscara y continuamos incorporando nuevas tecnologías de avanzada, apostando siempre al desarrollo y crecimiento industrial de nuestra zona.

Desde mis primeros momentos, fui armando un equipo de profesionales y colaboradores: contadores, abogados, veterinarios, ingenieros agrónomos, operarios, administrativos y demás personal, ya que con mis pocos estudios cursados no podía crecer como empresa. Gracias al empeño y dedicación de todos ellos, he llegado a lo que soy hoy.

Mi propósito ha sido siempre retribuir el apoyo que me ha dado la gente de San Salvador en mis comienzos, que permitió que todos los emprendimientos puedan llevarse adelante. Que mejor manera de hacerlo, que colaborando en los distintos ámbitos comunitarios que han sido para mí una constante preocupación:

-La salud de los niños y ancianos: realizando donaciones a las escuelas de San Salvador y alrededores, también en la zona del campo de Corrientes; en hospitales, centro de jubilados, sala de primeros auxilios, etc.

-La educación: brindando en el área de administración contable, pasantías a alumnos que están en el último curso de las escuelas secundarias, y en el campo a alumnos de la Facultad de Veterinaria de Esperanza, Santa Fe. Ofreciendo también todos los años a los estudiantes, que son entre 40 alumnos y profesores, de la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja de la misma ciudad, una jornada de capacitación que lo hacen tanto en la cabaña como en la parte industrial. Además, se premia a los mejores promedios de instituciones educativas, con entregas de medallas.

-El deporte: apoyando siempre a los distintos clubes, agrupaciones deportivas, mediante publicidades o brindando lo que necesiten para los distintos eventos que organicen.

-Lo social: brindando anualmente a todos los niños de nuestra comunidad, un evento recreativo al aire libre, para un día muy especial para ellos, como es el “Día del Niño”.

Hoy tengo 78 años y continuó con mi labor diaria con el mismo compromiso y seriedad de la de hace años. A lo largo de los mismos, he hecho realidad todos mis proyectos y anhelos, o buena parte de ellos, dejando un legado de trabajo y solidaridad para mis hijos y nietos.