Medio: Campo en Acción
“Cumplimos y no es poco” dijo, entusiasmado, Hugo Müller a Campo en Acción tras el cierre de la 32° Jornada Técnica Nacional del Cultivo de Arroz realizada en el Campo Experimental de la Fundación Proarroz, en San Salvador. El titular de la Fundación cargó sobre sus espaldas la responsabilidad de concretar un encuentro presencial con el foco puesto tanto en la agenda de trabajo como en los protocolos sanitarios de distanciamiento social.
Si bien el encuentro fue organizado junto a la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Noreste de Entre Ríos y el Colegio de Profesionales de la Agronomía de Entre Ríos, Müller y su equipo jugaron de locales al hacer las veces de anfitriones de un nutrido y calificado auditorio de expertos que trabajan en favor del cultivo regional.
“Somos referencia en lo técnico y productivo, también en lo comercial” sentenció Müller antes de prometer: “Vamos a seguir mejorando”. En relación al devenir de las panojas aportó: “Es probable que se siembre más en la próxima campaña, los precios vienen a la baja, pero con más productividad seguiremos en un momento razonablemente bueno”. Puede lesionar tanto entusiasmo la bajante extraordinaria del río Paraná, un aspecto central en la definición de las implantaciones para vastas regiones del Litoral.
El dirigente advirtió que están sumando más agricultores a pesar de las dificultades que supone poner un campo al servicio del arroz. Las inversiones en equipamiento, manejo, riego y maquinarias están muy por encima de cualquier cultivo tradicional y a eso lo saben todos quienes viven en el paisaje rural; de manera que quién opta por el arroz lo hace asumiendo un riesgo enorme.
Müller deslizó que observa un recambio generacional en el sector y que en este octubre, cuando arrecien las labores de implantación, los jóvenes agricultores se dejarán ver impulsando a los viejos productores.
Por el surco que conduce al mejor rendimiento César Quintero abonó la idea de evolucionar para impulsar a la actividad: “Estamos decididos a dar el salto, hay un cambio. Hay variedades con alto potencial, pero tenemos que complementar con nutrientes y fertilizar con precisión”. El especialista al servicio de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de Oro Verde precisó su punto de vista al determinar que “incrementar rindes en base a nutrientes es un desafío por el alto costo, de manera que el productor debe analizar con su asesor cuándo y cómo y dónde aplicar”. En ese contexto deslizó que hay información en abundancia y que la clave es saber interpretarla: “Hay que hacer análisis de suelos antes de fertilizar y en diferentes lugares porque las diferencias son muy grandes”.
La meta es alcanzar las marcas de los vecinos, a quienes la Argentina corre desde atrás: Uruguay y Brasil promedian rendimientos de 9.500 kilos por hectárea, mientras aquí apenas se superan los 7.000.
José Colazo puso énfasis en el éxito del Programa de Mejoramiento Genético que gestionan desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Aportó que Entre Ríos lidera la producción de simientes y que el desafío de la hora es el desarrollo genético que describió como “una responsabilidad porque debemos generar variedades tan rendidoras como resistentes a malezas”. Cuando habló con este medio desandó un aspecto de profundizó en su charla: se impone pensar en variedades que permitan la rotación para zafar de las malezas resistentes.
Al dar números, Pablo Fontanini, especialista de la Bolsa de Cereales, contó que el ciclo 2021 cerró, a nivel nacional, con casi 200.000 hectáreas implantadas que en promedio rindieron 7.600 kilos cada una lo que generó una producción de 1,5 millones de toneladas. Al desglosar ese paquete precisó que Corrientes generó el 45% del total, Entre Ríos el 30%, Santa Fe el 15% y al resto se lo quedaron arroceros chaqueños y formoseños.
Una perlita que da la lectura atenta de las estadísticas: en los departamentos correntinos de Curuzú Cuatiá y Mercedes; Villaguay; y San Javier, en Santa Fe, están los principales polos productores de arroz en la Argentina.
Fabián Franceze es consultor privado y dejó a Campo en Acción algunos destellos ligados al devenir del mercado internacional. Contó que en la región hay bueno precios, pero los fletes achatan la rentabilidad, en especial durante este segundo semestre, ya que en el primero se aprovechó la trepada de cotizaciones.