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Comenzó la siembra del arroz en el Litoral

Medio: Clarín

En Corrientes y Santa Fe se implantará la misma superficie que el año pasado y en Entre Ríos estiman que retrocederá un 3%. El área llegaría a las 200.000 hectáreas.

El alto costo energético, la falta de financiamiento y la vuelta de las retenciones son los principales factores que influyen para que la producción de arroz siga estancada en el país, a pesar del enorme potencial que el cultivo tiene en el Litoral.

La Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (Acpa) informó esta semana que se sembrarán unas 94.000 hectáreas, una superficie similar o ligeramente superior a la del año pasado. En Santa Fe proyectan que se implantarán unas 32.000 hectáreas (lo mismo que en 2017) y en Entre Ríos, la Bolsa de Cereales entrerriana estima que el área de siembra retrocederá un 3% y alcanzará las 60.000 hectáreas.

“Con más del 30% de los lotes sembrados en la provincia, la sensación es que se va a registrar una caída, que algunos dicen que podría ser mayor y llegar al 5%”, le reconoció a Clarín Rural Hugo Müller, presidente de la Fundación Proarroz. La producción argentina se completa con las 15.000 hectáreas que se siembran en Chaco y Formosa (en total se implantan unas 200.000 hectáreas.

Los problemas para financiar la cosecha en parte se relacionan con las altas tasas de la economía argentina y con las dificultades que están atravesando algunos molinos arroceros, que suelen ofrecer créditos a los productores.

El costo de la energía es un tema que hace rato jaquea a los arroceros entrerrianos, que aseguran que pagan el doble por cada kilovatio ($ 6,30 más IVA), que sus colegas en Corrientes y Entre Ríos. “Hay gente que directamente decidió dar de baja los pozos eléctricos, que requirieron una importante inversión, y utilizar gasoil para las bombas de agua”, contó Müller.

Daniel Filigoy, asesor de la asociación de productores de Corrientes, reconoció -en declaraciones a Télam- que la matriz del negocio está complicada por la falta de competitividad que se arrastra desde hace siete años y contó que muchos productores se volcaron a la ganadería. Tiró un dato que preocupa: “Hace algunos años había 300 arroceros en la provincia y ahora quedan 100”.

En Entre Ríos vienen midiendo la misma tendencia. En 1998 había 730 productores y ahora quedan 170. Hace 20 años, la cosecha nacional llegó a las 1,8 millones de toneladas (en la actualidad se producen 1,2 millones de toneladas) y en los campos entrerrianos se sembraron 160.000 hectáreas, casi el triple que en esta campaña, según los datos de la Fundación Proarroz.

Los arroceros santafesinos hace varias campañas que enfrentan una maleza que recortó los rindes: el arroz rojo, y también están complicados por el costo de la electricidad.

Una buena noticia es que están probando una variedad propia. Se llama Pucará y la desarrolló el ingeniero Rodolfo Vicino, delegado en San Javier del Ministerio de la Producción de Santa Fe, utilizando genética brasileña y una variedad del INTA. “Ya tenemos un 15% de nuestra área sembrada con esta semilla, que combina robustez con calidad. Son unas 5.000 hectáreas y en la campaña pasada logramos muy buenos rendimientos, con picos de 9.000 kilos por hectárea y un promedio de 7.500 kilos”, destacó Vicino.

Las retenciones son otro tema importante. El arroz se exporta a más de 30 mercados y los derechos de exportación (4 pesos por dólar exportado) treparon al 12%, según los cálculos de los arroceros.

“Es más del doble de lo que pagábamos durante el gobierno anterior, que había impuesto una retención del 5% para las economías regionales”, recordó Müller.

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