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En memoria de Cipriano Marcó

El 10 de mayo próximo pasado nos despertamos con la ausencia de Cipriano Marcó. Nuestro querido colega y amigo, Cipri, descansa después de luchar contra una larga enfermedad que le imponía un agotamiento continuo. Cipriano era oriundo de Concepción del Uruguay y descendiente de uno de los pilares de la Cooperativa Rio Uruguay Seguros, Cipriano M. Marcó, y María Teresa López, de quienes heredó valores de honestidad, humildad y vocación de servicio. Estudió en Concepción del Uruguay y se recibió de Ingeniero Agrónomo en la Universidad de La Plata.

Dio sus primeros pasos en la profesión como becario de iniciación en la Experimental INTA Concepción del Uruguay, en el área Arroz a la que siempre estaría ligado. En el año 1989, decide orientar su actividad hacia el asesoramiento y ejercicio de la profesión privada y se desempeña en la Cooperativa Sarmiento como asesor de algunos productores y de la Cooperativa misma. Hasta hace poco era el referente para muchos productores que lo requerían por su capacidad profesional, su dedicación y honestidad. Su visión progresista lo empujaba a buscar nuevas tecnologías y promover el crecimiento de sus asesorados mediante su aplicación. Es así que fue uno de los promotores de la siembra aérea de pasturas y verdeos en rotación con arroz, así como un gran difusor de la siembra directa en arroz.

Los colegas reconocen en Cipriano a un profesional generoso al momento de compartir sus conocimientos y experiencias. Era de las personas que creía en el funcionamiento en equipo y que la cooperación supera a la competición. Dispuesto a dar una mano a los que se iniciaran o necesitaran de su experiencia, colaboró sin mezquindades con colegas y productores en actividades relacionadas al arroz y otros cultivos.

Siempre dispuesto a colaborar en iniciativas de trabajo en conjunto, se desempeñó como Coordinador de la región Sur de la Fundación PROARROZ. Su característica personal de prudencia y humildad le permitió ser una de las voces más escuchadas dentro del Comité Técnico de la Fundación.

Pero si bien es necesario reconocer su capacidad de trabajo y espíritu de colaboración, es su calidad de persona y valores lo que extrañamos profundamente. Le agradecemos su amistad y la enseñanza que nos dejó con su hermosa manera de ser. Lo extrañamos, pero siempre lo recordaremos con su permanente sonrisa y característica bonhomía.

Alberto B. Livore

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